Seminario sobre webseries organizado por la asociación de guionistas de Catalunya

Este sábado participé en una mesa redonda en el marco de unas jornadas dedicadas a las webseries, organizada por Guionistes Associats de Catalunya y por el Sindicat de Guionistes de Catalunya. Mi participación fue como de costumbre hablar de las licencias Creative Commons y en general de una concepción equilibrada de los derechos de autor, en línea de los que sería la Washington Declaration on Intellectual Property and the Public Interest y el Public Domain Manifesto.

La singularidad de esta intervención se encuentra en la entidad que me convocó y el sitio donde se realizó: la SGAE. He de confesar que al principio tuve mis reparos, puesto que instintivamente uno desconfía por sistema de una entidad que hasta la fecha no se ha caracterizado ni por la moderación en sus planteamientos ni por su contención a la hora de exponerlos, además de representar la visión de un copyright especialmente desequilibrado.

No obstante, pensé, ¿Por qué no? ¿Por qué no aprovechar la ocasión de explicar tus ideas ante un auditorio que no está convencido de antemano? ¿Por qué no hablar por un día para los no convencidos y poder empezar a plantar ideas en tierras no cultivadas anteriormente?

Con estas reflexiones bajo el brazo me dirigí pues al Paseo Colón 6 de Barcelona, la discreta pero saludable (en el sentido que los ingleses dan a la palabra “wealthy”) sede de la entidad, donde me encontré con la compañera Mercè Vallverdú, abogada de la SGAE que expuso el marco de la propiedad intelectual que incide en los guionistas.

Tras varias preguntas de los asistentes tuve la ocasión de exponer brevemente lo que creo que este campo interesa realmente, que es la contextualización de las licencias CC: de donde salen, por qué y para qué aparecen y la problemática que supone aplicar unos derechos de autor pensados para el mundo analógico al mundo digital, lo que a su vez ha permitido señalar la hipertrofia del derecho de autor, o desequilibrio entre los titulares de derechos y el interés público al que en su origen, pretendía servir la propiedad intelectual.

Veremos si esta intervención ha sido un hecho aislado o por el contrario nos permite pensar que quizás en la SGAE algo está cambiando. En cualquier caso y como siempre, el debate está servido.