El vehículo eléctrico y el autoconsumo son primos hermanos

Esta semana se está celebrando en el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña en Terrassa la semana del vehículo eléctrico. Desde Holtrop no hemos perdido la oportunidad de participar en las conferencias. Y la primera noticia sin duda es que los coches eléctricos no son noticia. Assumpta Farran, Directora del Instituto Catalán de la Energía, abrió la jornada inaugural de ayer recordando que ya hace más de 100 años que se inventó el primer coche eléctrico, sin embargo, ciertos sectores se han encargado de irlo manteniendo aparcado (valga el juego de palabras). 

Actualmente el 97% de la energía del transporte proviene del petróleo. A su vez, el transporte representa el 40% del consumo final de la energía consumida por sectores y, el 82% de ese 40% se refiere al transporte por carretera. Asimismo, la contaminación ya es el primer riesgo medioambiental para la salud pública y, ciudades como Madrid o Barcelona superan con creces los límites de contaminación recomendados. Por tanto, es claro que el transporte por carretera es un sector crucial que debemos atacar si queremos crecer sosteniblemente.

Sin embargo, y por si fueran poco significativos ya los beneficios del vehículo eléctrico para el clima y nuestra salud, hay un elemento clave de los coches eléctricos que supone una revolución total para todo el sistema eléctrico: las baterías. Sabemos que no somos capaces de almacenar la energía eléctrica a grande escala y que se generan grandes picos y valles en la demanda. El vehículo eléctrico, a través de su recarga lenta en horas de noche, permite mejorar la gestión de la demanda eléctrica. Ciertamente se pude decir que el vehículo eléctrico y el autoconsumo son primos hermanos, uno es la batería del otro. Y es que, el vehículo eléctrico ayuda a integrar a las energías renovables y potencia la generación distribuida. 

Todos los ponentes estuvieron de acuerdo en señalar como importante freno al desarrollo del vehículo eléctrico en España que supone la insuficiencia de puntos de recarga (800 puntos en España frente a 6.000 en el Reino Unido), que además se concentran todos en las ciudades. Asimismo, es esencial que desde las Administraciones se cree un marco con medidas favorables como pueden ser las zonas de “zero emissions”, aparcamientos gratuitos, servicios de taxi y transporte eléctricos etc., además de las bonificaciones al impuesto de circulación o gratuidad de peajes, ya existentes.

Finalmente, señalar que España tiene una dependencia económica un 17% superior a la media europea, a la par de países como Grecia, Italia o Irlanda, países que casualmente sufrieron marcadamente la crisis económica. En conclusión, mientras el vehículo eléctrico crece exponencialmente en países como Noruega, dónde 1 de cada 4 coches que se venden son eléctricos, ¿ha llegado ya el momento de desatar todo el enorme potencial que gira entorno del transporte eléctrico? No esperemos 100 años más, por favor.