¿Ecológico y sostenible?
El viernes pasado, día 4 de noviembre 2016, mi socio Piet Holtrop y yo nos dirigimos en un coche eléctrico alquilado a Vilafranca de Penedés para asistir a la 5ª edición del EcoSostenibleWine, nos dejamos el GPS, y ya acostumbrados a poner el piloto automático y dejarnos guiar por esa voz que te dice que hacer cada tantos metros, nos perdimos. Nissan había traído una muestra de sus vehículos al recinto del auditorio de Vilafranca del Penedés, y su representante supo decirnos donde había un punto de recarga que todavía no salía en el mapa. Ha sido una experiencia que nos ha mostrado la necesidad de un fuerte empujón a la movilidad eléctrica en España.
De todas formas, y gracias a que todavía nos queda un poco de sentido común en lo que a la conducción se refiere, o al menos eso creemos, pudimos llegar a tiempo para escuchar las diversas aportaciones que se dieron, desde la perspectiva del sector vitivinícola, en torno a la problemática de sostenibilidad ambiental que acecha al planeta.
Uno de los protagonistas de las jornadas fue el cobre, todos estuvieron de acuerdo en que se tendrían que disminuir las cantidades utilizadas para disminuir su efecto tóxico potencial, la traba la tenemos parece ser en que todavía no existe en el mercado una alternativa ecológica que pueda substituirlo, los interrogantes ahora están en si las empresas productoras de fertilizantes y fitosanitarios están interesadas en invertir en investigación para el desarrollo de nuevos productos menos dañinos para el medio ambiente y para la salud del consumidor. Josep Maria Albet daba un paso más al respecto, apostaba por una viticultura ecológica sin ningún tipo de tratamiento, apuntaba que para esto se necesitaría la aparición de líneas de investigación en torno al desarrollo de cepas de vid resistentes a las diferentes enfermedades, investigaciones que ya se están llevando a cabo en otros países, recalcaba. Al escuchar su aportación, y aunque él no hiciera referencia a ellos, no pude evitar pensar en los OGM (organismos genéticamente modificados), ya que en el Reglamento (CE) 834/2007 sobre la producción y etiquetado de los productos ecológicos se dice literalmente que los OMG son incompatibles con el concepto de producción ecológica.
La sostenibilidad y ecológico no siempre van de la mano, como bien apuntaba Britt Karlsson: El uso de cobre no está aceptado por los consumidores de vino ecológico. Yo me pregunto: Pero lo estaría el uso de OMG?
Ignacio Sánchez Recarte (Secretario General del Comité Europeo de Empresas del Vino) recalcaba que el concepto de ecológico no debía tener una visión utópica, se declaraba defensor de la sostenibilidad (tanto ambiental como económica) y no tanto del concepto del vino ecológico, ponía como ejemplo la restricción normativa que había adoptado EEUU en la utilización de sulfitos en la elaboración del vino, llevándolo al extremo y prohibiendo su uso, efecto según él contraproducente para los productores de vino ecológico, dado que muy pocos podían comercializar vino ecológico con esta nueva restricción. Alegaba que otros países eran más laxos con el concepto de producción ecológica cosa que les hacía mucho más competitivos en el sector.
En lo que sí todos los ponentes estuvieron de acuerdo fue en que la reglas de producción ecológica y las reglas de sostenibilidad debían acercarse, o incluso unirse, la normativa de producción ecológica debería afrontar retos para disminuir el escenario de calentamiento global del planeta, ecológico insostenible carece de sentido común.
Volvimos a Barcelona en el coche eléctrico, y por cierto ayer firmamos junto con numerosas organizaciones y otras empresas en el ICAEN la propuesta para una Ley de Fomento de la Movilidad Eléctrica,donde hemos sido los coordinadores del grupo de trabajo legal, para dar ese empujón que necesitamos.