Bonitas palabras sobre la reforma eléctrica, pero el truco está en los detalles
Oyendo hablar a Soraya y a Soria, parece imposible que alguien pueda estar en contra de lo que dicen sobre la reforma eléctrica: “reducir el déficit”, “dar estabilidad”, “reparto equitativo”, “sistema sostenible económicamente”, “rentabilidad razonable”, “interés general”, “reforma definitiva”, “protección de los consumidores”…
Sin embargo, detrás de esa palabrería demagógica hay una realidad mucho más compleja, que poco tiene que ver con las intenciones que supuestamente tiene el Gobierno. Por lo tanto, es necesario leer entre líneas. Ello exigirá algo más de tiempo, pues aún no conocemos el texto de las nuevas normas. Sin embargo, ya cabe realizar algunas valoraciones:
1)La reforma actual no es la única alternativa a la quiebra del sistema o a la subida de la luz del 42%. Hay otras posibilidades para equilibrar costes e ingresos. Por ejemplo, el Gobierno podría realizar una auditoría de costes, y determinar cuáles son los costes reales de las actividades de distribución y de transporte, ya que por el momento sus cálculos se basan en cifras infladas que auto-declaran las propias eléctricas. O también, reformando el sistema del pool, para que se dejen de pagar miles de millones de ganancias inmerecidas de la nuclear y la hidráulica, que reciben la misma retribución que energías mucho más caras como el gas o el carbón.
2) ¿Rentabilidad razonable? La retribución a las energías renovables pasa a ser la rentabilidad de las obligaciones del Tesoro a 10 años más 300 ptos, lo que en la actualidad supondría un 7,5%, mientras que el resto de costes se retribuirán a la rentabilidad de las obligaciones + 200 ptos básicos (6,5% en julio de 2013). Sin embargo, hay que señalar que las grandes eléctricas podrán en última instancia repercutir ese incremento sobre el precio del pool, pues la separación real entre generación, distribución y comercialización no existe. Además, está por ver cómo se calcularán los costes de inversión, sobre los que después se determina la inversión. Este es el punto clave de la reforma. Porque una rentabilidad del 6,5% a la distribución calculada sobre costes inflados es mucho más rentable que una para las renovables determinada sobre costes infravalorados. Y por otra parte, hay que señalar que conceptualmente el sistema tiene enormes incongruencias, ya que se pasa a un sistema de incentivos a la inversión para inversiones que ya fueron realizadas. En realidad no debería buscarte incentivar la inversión, sino preservar la seguridad jurídica de inversiones pasadas. Y por último, nos queda la incógnita sobre si ese 7,5% se calculará a partir de ahora o si se empezará a contar desde el momento de la instalación, lo que podría dar lugar a la escandalosa obligación de devolución de primas o tarifas reguladas pasadas que superaran el 7,5% mediante reducciones de retribución futuras.
3)¿Qué pasará si vuelven turbulencias financieras? La rentabilidad de las obligaciones del Tesoro se determina en subastas periódicas, y varía según la confianza que los inversores tengan en el país. En la actualidad, esa rentabilidad está en el 4,5%, pero ésta podría aumentar si la zona euro vuelve a atravesar un nuevo periodo de crisis. Por lo tanto, cuanto peor le vaya a España, mejor le iría a los costes del sistema eléctrico, si aplicásemos la retribución automática de que ha presumido el Ministro. Es decir, cuanto peor le vaya a España, mayores serán sus costes del sistema eléctrico y mayor el déficit de tarifa. Y al contrario, cuanto mejor le vaya, menos dinero recibirán las renovables y demás actores. Este sistema resulta absurdo y obligará al Gobierno a intervenir en la retribución para corregir esa anomalía. En definitiva, que de seguridad jurídica, nada de nada.
4)Impacto desigual: dice el Ministro que la carga del recorte se ha repartido por igual a régimen especial y régimen ordinario. Eso es una absoluta mentira. La reforma tiene un impacto muy desigual, primero porque las beneficiadas del fin del déficit son las empresas en régimen ordinario, que cobrarán unas deudas de dudosa legitimidad, y segundo, porque podrán repercutir sobre el precio final del consumidor el coste extra que tengan que asumir, mientras que las renovables no podrán hacerlo, al estar su retribución determinada por el Gobierno. Y como prueba, los mercados, que están castigando especialmente a Acciona, empresa de renovables, con una caída en bolsa cercana al 8%.
5)Balance neto: aunque sorprendentemente nadie ha preguntado por ese tema, el Gobierno ha asestado un golpe al balance neto antes ya de legalizarlo. Disfrazándolo de una supuesta penalización a las segundas viviendas, el Gobierno cambiará la estructura de los peajes, para que la parte fija sea más cara y la parte de consumo más barata. Es decir, que quien más consume sale beneficiado, y quien tiene una segunda casa o simplemente consume menos energía, resulta perjudicado, porque el precio final depende en menor medida del consumo. Pues bien, quien tenga balance neto, que lógicamente, tendría un consumo menor de la red, por satisfacer una parte de su consumo mediante su propia producción, resulta perjudicado. En definitiva, el Gobierno busca hacer menos atractivo el balance neto para que la energía continúe siendo producida de forma centralizada.
6)Cambios en la TUR: uno de los cambios que se esperaban era la bajada de 10 a 5 kW como tope de potencia instalada para poder beneficiarse de la TUR, pero finalmente no se ha llevado a cabo, porque podría ser contrario a Derecho Europeo. Lo que sí parece que se hará, y de ser así deberíamos celebrarlo, es aumentar el número de comercializadoras que puedan prestar tarifa TUR, pues hasta ahora sólo las 5 empresas de UNESA podían hacerlo. Esto daría cumplimiento a una sentencia del TS. Por otra parte, la TUR pasa a ser el PVPC (precio voluntario al pequeño consumidor).
7)Eficiencia energética: con esta reforma el Gobierno demuestra que le es indiferente la eficiencia energética de una instalación, pues todas serán retribuidas de igual forma, con independencia de la producción. Si se confirman los peores augurios, una planta fotovoltaica instalada en una zona de sombra cobraría lo mismo que una planta en el desierto de Almería, importando sólo los costes de la misma.
8)Moratoria: sigue en vigor la moratoria a las renovables y se añade además el requisito de que para introducir nuevos costes en el sistema se ha de hacer a coste cero.
9)Subida de la luz: como es lógico, la mayor preocupación de muchos consumidores, ajenos a la trágica situación que están padeciendo las renovables en España, es el impacto de la reforma en el precio de la luz. Los titulares de prensa señalan que la luz subirá un 3,2% con la reforma, pero esto no es exactamente así. El precio de la electricidad está determinado por dos mitades, una regulada y otra de mercado. La actual reforma provocará un 6,5% de subida inmediata de la parte regulada, lo que afecta un 3,25% al precio final. Sin embargo, es de esperar que la parte de mercado también suba, porque las eléctricas repercutirán en el consumidor los costes de la reforma. Por lo tanto, en el medio plazo, la subida será mayor al 3%.
10 ¿Y el medio ambiente? Parece que el único criterio que tiene el Gobierno para decidir sobre la reforma eléctrica es el económico. No se ha hecho ni una sola mención a otro elemento clave, como es la preservación del medio ambiente. Sin tener en cuenta estas consideraciones, se olvida una parte del problema, que son las externalidades positivas que generan las energías renovables para todo el país y las negativas que generan fuentes de energía como el petróleo, el carbón, el gas o la nuclear.