Alberto y Alvaro ¿Una cuestión de cosmética?

Piet Holtrop, fundador de Holtrop SLP Transaction & Business Law, se pregunta en este artículo (publicado originalmente en Energy News el 8 de noviembre de 2016) si la política que seguirá el nuevo ministro de Energía, Álvaro Nadal, con respecto a la transición hacia un nuevo modelo energético continuará por la misma senda que ha marcado durante estos años su hermano gemelo, Alberto, como secretario de Estado de Energía. 

Tenemos un nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital: es el hermano gemelo del  Secretario de Energía en funciones. De este modo, sigue la dinastía Nadal en Energía, todavía no tengo claro si el tándem seguirá además simultáneo, es decir con el actual Secretario de Energía en continuidad. A lo mejor no es sano para gemelos que uno de ellos sea el jefe del otro, aunque haya nacido dos minutos antes. Pero, incluso si Alberto Nadal nos dejara, podría ser únicamente un cambio cosmético, de un Nadal con barba a un Nadal sin barba.

Para hacer un cambio cosmético hubiera bastado con un visita de Alberto al barbero, espero que los planes más mainstream de Ciudadanos en materia de renovables tengan algo que ver  con este cambio. Sabemos que el Nadal todavía vigente como Secretario de Estado realmente tenía ganas de ser ministro, el apoyo del sector petrolero y gran eléctrico ya lo estaba buscando discretamente hace pocos meses, según los medios. Me parece que a Alberto el autoconsumo le parece una tontería, y los renovables en general una estupidez, o algo por el estilo.

Si Álvaro  está donde está es en parte por Ciudadanos, y ellos no comparten la opinión de su hermano Alberto de que la regulación actual del autoconsumo en España ya está en línea con las exigencias de Ciudadanos. Alberto no estuvo en la toma de posesión de Álvaro, pero podría ser por berrinche, no necesariamente porque su hermano hará las cosas diferentes. De momento ha manifestado que la gestión de Soria-Nadal fue extraordinaria, por lo menos a nivel discursivo  no está encaminado hacia el cambio.

No sé qué piensa el nuevo Nadal de las energías renovables, y el cambio del modelo energético en general. Según lo que se dice se hace llamar liberal, pero esto ya lo decían de su hermano. Las políticas de éste pueden parecer muchas cosas, pero no creo que haya mucha gente que los vean liberales. Según un artículo en el país del 13 de enero 2013 Alberto leyó de todo, desde “Mein Kampf” hasta “Das Kapital”, espero que no se haya quedado sólo en estos dos extremos dialécticos. De momento, la reforma del hermano de Álvaro me parece una mezcla de las ideas más extremas del abanico, alternando entre “mis eléctricas primero” y la economía planificada, con periodos regulatorios y periodos semi-regulatorios, con la posibilidad de la expropiación a posteriori incluida.

Quizás podría empezar a pensar sobre una simplificación de la regulación eléctrica en la que pagaríamos más por el consumo y menos por tarifa altiplana. Podría empezar con la liberalización del mismo, con la eliminación de las subvenciones encubiertas y los windfall profits a las grandes eléctricas. Seguidamente podría liquidar los CTC, y reorganizar el pool eléctrico para adaptarlo a la entrada en gran volumen de electricidad procedente de fuentes renovables.

De momento, tiene por delante la aprobación de una orden de parámetros retributivos de instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos. Estamos pendientes de la revisión del primer periodo semi-regulatorio de tres años de Real Decreto 413/2014. Nosotros vamos incluyéndolo en una nueva ronda de litigios, para estar preparados si llega el momento.

También tiene que lidiar con otro litigio, contra el impuesto eléctrico de Ley 15/2012, que no se ha de confundir con el popularmente llamado impuesto al sol, que es aquello intentado para desincentivar al autoconsumo, sin recaudarse nunca. El impuesto eléctrico de verdad en estos momentos está pendiente del Tribunal Constitucional, y si éste lo declara inválido por doble imposición tendría que modificarse la citada orden de tarifas, para excluirlo de los costes reconocidos en los parámetros de retribución de las energías renovables.

Si el Tribunal Constitucional considerara el impuesto eléctrico un impuesto indirecto en vez de directo no habría supuesto de doble imposición, pero en este caso tendría que plantearse una cuestión prejudicial de derecho Europeo, ya que este impuesto indirecto sobre electricidad, tal y como está concebido no está permitido según el derecho Europeo.

Para el productor de energía renovable el problema está en no recurrir el impuesto eléctrico. Si finalmente se suprimiese, el que no haya recurrido tendrá su retribución ajustada como si se lo hubieran devuelto, es el efecto cínico de una regulación de economía hipotética, además de planificada.

Tengo pocas esperanzas que el Nadal entrante nos tratará con más sentido común que el saliente, me temo que el ideario de ambos es gemelo.