5 de octubre de 2016, Energías Renovables: “Error del 64% en la rentabilidad razonable que ideó Nadal”

El secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, sustituyó las primas por la "rentabilidad razonable". Ello supuso que el precio del kilovatio renovable (lo que se le paga al productor de kilovatios hora renovables) bajara hasta un 50% en algunos casos, comprometiendo la viabilidad misma de las empresas propietarias de esas instalaciones. La Asociación Empresarial Eólica acaba de presentar el primer balance trienal del impacto que ha supuesto ese cambio sobre su sector, el eólico. ¿Conclusión? "El error en el diseño del propio sistema impide que las empresas lleguen al objetivo del 7,39% [rentabilidad razonable] que supuestamente les garantiza la ley".

El Ejecutivo Rajoy decidió en 2013 recortarle los ingresos a los productores de electricidad renovable (solar, eólica, biomasa). 

¿Cómo?
Encargando al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (organismo dependiente del ministerio) que contrate (por casi 600.000 euros) a dos consultoras privadas -Roland Berger y Boston Consulting- para que averigüen cuánto invirtieron las empresas en montar sus instalaciones (eólicas, solares...) y cuánto gastan en su operación y mantenimiento. En teoría, una vez sabidos esos números, Soria y Nadal aplicarían su rentabilidad razonable a cada instalación: el susodicho y discrecional 7,398%. El caso es que, en junio de 2014, el Ejecutivo aprueba la normativa de la rentabilidad razonable. ¿Y qué ocurre entonces? Pues que todos los afectados denuncian que los números a partir de los cuales se establece la “rentabilidad razonable” están desinflados. […]

Algunos sectores han sido afectados de manera particularmente acusada
Un informe encargado por el despacho de abogados Holtrop al consultor especializado en energías renovables Alberto Ceña revelaba en febrero del año pasado que las 1.258 instalaciones solares fotovoltaicas que había estudiado “presentan una pérdida patrimonial que asciende a los 211 millones de euros”, o sea, que, como consecuencia de la reforma, van a dejar de ingresar esa cantidad de dinero a lo largo de su vida útil.

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