23 de diciembre de 2016, «¡Felices fiestas retroactivas!»

"El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en su composición de Gran Sala, publicó el 21 de diciembre una sentencia en la que confirma una idea que yo he defendido siempre: una vez que se declarara nula una reforma que haya infringido los principios fundamentales de la Unión Europea sus efectos serán igual de retroactivos que la infracción. Es curioso como una cosa tan de cajón puede llegar a ser tan revolucionaria.

Otra cosa que han dejado claro los jueces en Luxemburgo es que los argumentos no jurídicos no tienen lugar en una sentencia que pretende interpretar el Derecho. Hablo de las valoraciones coyunturales de economía en general, o de la vulnerabilidad económica o financiera del infractor como atenuantes o de efecto limitador al daño recuperable de la víctima. A nivel político se entiende, pero justamente en Derecho no deberían tener papel decisivo, incluso mejor ninguno. Mejor no incentivar un comportamiento perverso a instituciones too big to fail. Lo que se trataba aquí era de si los bancos tenían o no que devolver unas cantidades cobradas indebidamente.

La cantidad de valoraciones de este tipo es un buen medidor de la politización de las instituciones judiciales de un país. En las sentencias que conozco de nuestros más altos tribunales, como puede ser por ejemplo el Supremo, he visto reiteradamente que no tenía que sorprender a los productores de energías renovables que tendrían que ser recortados en tiempo de crisis, como todos. Como he dicho, eso es una apreciación no jurídica, no propio del análisis de la confianza legítima como principio de derecho europeo."

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